jueves, 14 de agosto de 2014

LA DIFICULTAD DE LA ESPERANZA


Esperanza, motivo de llegada de algo diferente en el que no habrá indicio alguno de mayores desilusiones, de temores o pérdidas; se encontrará en ésta la consecuencia de un seguir distinto, la transformación misma en el hombre que se hace de ella. Esperanza viene del verbo latino Sparare que significa esperar, podemos entonces entender que la esperanza está situada en el complejo tiempo del futuro; pero antes de adentrarse en la relación de la esperanza y el futuro es importante situar dicho concepto en una idea íntegra de los tiempos. Aun parezca innecesario referirlo, apunto a decir esto teniendo como idea primigenia que la esperanza es parte de la condición humana, es aquella parte integral del hombre al progreso, al cambio, a la creación  (no sólo visto como mera idea marxista), sino en la esencia misma de la individualidad.

El arraigo de nosotros mismos entonces se hallaría condensado en la Fe, en primera instancia como cualidad del pensamiento religioso en donde la mayor parte de ideologías religiosas sustentan su credo en la posibilidad de algo benefactor y “milagroso” en nuestras vidas, la fe expuesta afuera inicialmente, en al acto divino; tal sería el caso si lo reducimos sólo al pensamiento judeo-cristiano. Ahora bien, si lo extendemos a las filosofías de oriente podemos dar cuenta que la esperanza “real” yace en la liberación de los hombres hacia las cosas, aquellas que pueden brindarle placer, dolor y conocimiento. El conocimiento interno no es mera idea del orientalismo antiguo, estriba en los diversos posicionamientos ideológicos de las culturas globales, en la trascendencia de sus pueblos en una mejoría permanente, mejor dicho, equilibrio permanente.  Porque si algo caracteriza a la esperanza es que es inagotable, aquí es donde se hace presente una paradoja irremediable, es decir, hablar de esperanza es hablar de algo que no hay, en tanto, empuja la búsqueda de ésta; la esperanza en consecuencia  existe siempre y cuando anteceda en la misma el dolor que, será –posiblemente- la reivindicación del individuo o del pueblo si así lo quiere.

Nietzsche decía que la esperanza podría ser la prolongación del pesar en el hombre, hay en esta aseveración razones para inclinarnos a pensar que así es, sin embargo podemos hablar que ese pesar es el conjunto –y empuje- a la esperanza de lo que no se tiene: la esperanza ante el lamento, ante la ausencia, ante la zozobra, ante la indecisión, ante el desastre y demás malestares de la existencia. Y al hablar de existencia pondríamos a diversos pensadores -particularmente los Existencialistas- que conllevarían a la esperanza como artilugio, mecanismo de defensa del hombre, ilusión, aunque de igual forma que con Nietzsche, se debe tener precaución al deliberar nuestras interpretaciones y posturas ante esto. Insisto, el desencanto es fundamental para la existencia de la voluntad, no puede haber ganas de hacer si no hay nada que levantar, si no hay nada que recuperar, si no hay nada que restablecer y ofrecer.  El Samkhya (una de las muchas antiguas escuelas filosóficas de la India) nos dice que el dolor hace que el hombre pueda comprometerse en la vía de la liberación; son entonces  el abismo y la náusea, de las cuales nos hablaban Nietzsche y Camus la respuesta, ese dolor, el dolor del error, que sin él no habría posibilidad de aterrorizarse, de sensibilizarse. Permanentemente ha sido más sencillo aterrorizarse del otro, aunque la posible respuesta se sitúa en el terror y la náusea a nosotros mismos, inhibirnos ante nuestra autodestrucción. La necedad entonces es el peor enemigo de la esperanza, el retraimiento, la ausencia de la voluntad que a últimas fechas es parte de la cotidianidad; interviene la caducidad de la experiencia, parece ser que la experiencia ha perdido su valor más significativo, es decir aquello que nos ofrece un conocimiento de nuestras propias circunstancias, de nuestras vidas. Y esto en tiempos presentes cada vez es más regular, considerando que la esperanza se ha vulgarizado. Ésta se ha colocado afuera, en los otros, la esperanza es delegada a los demás, la fe es vendida –y comprada- al mejor postor, la fe se ha materializado en el peor de los sentidos. Las ilusiones son pan y necesidad de cada día. La negativa misma a ver la realidad, a vivir en un lugar que no es el propio, basta en ello la sublimación, la artificialidad del sentir, pretendiendo ver y sentir la artificialidad como algo real, algo que nos hace respirar entre el contaminante que nos hace estáticos, que nos deja sin participación alguna reduciéndonos a la contemplación de nuestra caída.

El apego –domesticado- a los seres, al odio y al error restan confianza en cualquiera, en lo único que se llega a creer es en la desdicha y en su antesala el riesgo –innecesario- que, se ha vuelto una necesidad sinsentido o, de tenerlo, podría llamarse el sentido de no tener expectativas, de no tener más que desesperación hasta naufragar en la nada. Y sin nada no hay futuro, ni el presente mismo resulta ser claro, convirtiéndonos en seres deseosos de no desear más que desaparecer. El anhelo entonces se cobija en el pasado, ensimismando nuestro espíritu hasta secarlo.

Schopenhauer habla de la voluntad no como representaciones (fenómenos naturales), sino como la posibilidad única en el hombre de cambio, de redención y reinvención. Iniciar en base a esas representaciones que el hombre estima o desestima. Está en el hombre trascender e irrumpir en lo que parece ser, la irracionalidad de la voluntad, del ser y el mundo.

La esperanza es permanente no por ser un pensamiento, sino por su propiedad de ser un sentir, de mayor valor si ésta brota del desasosiego, del núcleo del vacío, del espíritu poseído por enajenaciones y reiteraciones. La esperanza en tanto es la antítesis del estancamiento. La esperanza es el único no auto-engaño, dado que siempre será distinta en cada lucha, en la guerra que impide ser ausente de espíritu. Y para evitar la ausencia es menester la confrontación –el atestiguamiento y responsabilidad del existir-, el recordatorio del fluir.

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