¿Cómo abordar el problema de la
misoginia sin caer en lugares comunes o posturas políticamente correctas? ¿Qué
podemos decir nosotros que cientos de movimientos sociales en pro de los
derechos de la mujer y en contra de la violencia de género no estén manifestando
ya? ¿Debemos seguir la corriente para evitar la condena y no permitirnos una
breve reflexión sobre las luces y sombras del discurso de la misoginia? Porque
tampoco podemos ignorar la doble moral que se maneja en los aun mass media al
desaprobar las expresiones de odio hacia lo femenino, y al mismo tiempo
explotar sin miramientos la figura de la mujer a diversos niveles tanto como
atractivo y llamada de atención para el consumo, así como herramienta política.
Es difícil voltear hacia otro lado cuando percibimos incluso cierta complicidad
de las féminas en este tipo de exhibiciones.
Por otro lado ¿Cuál es el origen
de la misoginia? ¿Hay un nexo –fuerte- con los mitos y la religión? De entrada
podemos afirmar que a través de esta última se fomenta por generaciones un
desprecio de lo femenino, traducido posteriormente en usos y costumbres que
degeneran en prejuicios muy arraigados. Peor aun cuando estos mismos prejuicios
se transmiten en obras de las industrias culturales a partir de su reproducción
en el cine popular por citar un ejemplo. Recordemos que hasta hace poco el
estereotipo del macho mexicano fue educación sentimental (e instructiva
también) de una gran prole en nuestro país. Ídolos del pueblo como Pedro
Infante, Jorge Negrete, etc. permearon en la cultura popular legitimando
ciertas actitudes perniciosas hacia la mujer. Y aunque actualmente ya no son
influencia directa, mediante la música folclórica de segunda generación
(ranchero, norteño, cumbia, bolero y demás) se siguieron promoviendo ideas y
comportamientos machistas que hasta la fecha aún perduran.
En este número tenemos posibles
respuestas a esto: en primer lugar nuestro colaborador Roberto Juanz nos
describe la concepción de la misoginia como una herencia intrínseca
entendiéndola como una “resurrección”
reiterativa del desprecio entre géneros, señalándonos posibles culpables de
dicha actitud ¿patología? Averigüen. “El mundo y sus curvas” por Paco Payán nos detalla el particular
punto de vista de Guiilermo Fadanelli, quizá uno de los pocos escritores nacionales “malditos” y con más
mala leche a la figura de la mujer; tres descripciones de sus cuentos
correspondientes a la obra “Más alemán que Hitler” dan soltura a la posibilidad
de la misoginia en las letras. La viñeta en su tinta por Gabo Sosa nos habla
sobre la pro igualdad de la mujer dentro del universo del cómic, un espacio que
como muchos ha sido dominado por la masculinidad (tanto en el espacio de
guionismo, ilustración y en la concepción de personajes), nuestro colaborador
da pruebas de que la presencia de la mujer en el comic no necesariamente se
reduce a trajes entallados, cuerpos esculturales y poses incitadoras ¿O sí?...
El séptimo sello de José Huerta
nos lleva por un viaje cinematográfico iniciado en el dejo eclesiástico para
después saltar a una de las obras clásicas de Arturo Ripstein: “El castillo de
la pureza”, será allí en donde nos dé seña y santo del comportamiento
reprobable del protagonista “Gabriel”, sin duda un arquetipo del machismo. En
la sección “Good Bye Cruel World” Hansel Toscano nos habla desde una postura
social en donde la mujer –desde la perspectiva mediática- funge en un papel
enraizado como objeto de consumo y no sólo eso, sino así mismo conocedora de
sus alcances desdeña bajo el mismo acto que es acusado el hombre: su
intolerancia y su tan preciada incomunicación. Y por último pero no por ello
menos importante la sección llevada por Agustín Güiris nos describe los
avatares musicales a los cuales tuvo que enfrentarse la compositora, ejecutante
(guitarra) y cantante Bonnie Raitt, considerando que ésta decidió expresarse en
un género en donde la desestimación de las féminas es caso frecuente, hablamos
del Blues. El álbum en particular es “Give It Up”.
Como verán el tema de este número
es presto a la pluralidad, al final sus opiniones serán la marca registrada de
su sentir. Les invitamos a que disfruten, se incomoden o conozcan las
ideaciones del equipo de Distopía referentes a la Misoginia.
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