sábado, 20 de abril de 2013

VIÑETAS ROSAS: LUCHANDO CONTRA LA MISOGINIA EN EL COMIC


            Cuando Siegel y Shuster creaban a cierto Kriptoniano superpoderoso, por allá de 1932, nacía por igual el género de los superhéroes: inmensas filas de encapuchados, enfundados en ajustadas y variopintas mallas, poseedores de indescriptibles superpoderes. Comenzamos a saber de nombres que, ahora, en la actualidad; son sinónimo de grandes éxitos comerciales y objetos de culto: Batman, Spiderman, Green Lantern, Wolverine, Hulk…pero una curiosa característica poseía este enorme y extenso universo de héroes enmascarados: en ese entonces no había ni una sola chica en algún papel trascendente, algún personaje inolvidable que, al igual que sus compañeros masculinos; nos hiciera vivir grandes aventuras.

Las apariciones femeninas se reducían a la típica damisela en peligro, a manos del villano en turno, y que, en su gráfica en las viñetas; eran representadas como seres totalmente susceptibles a los ridículos medios de engaño y captura por medio del némesis, y absolutamente dependiente del rescate realizado por el héroe. Era una especie de fórmula con la que funcionaba el género hasta bien entrada la década de los 90’s: en México, por ejemplo, era de cajón ver los comics de íconos de la lucha libre (Bluedemon, Santo) rescatando curvilíneas, indefensas y poco vestidas chicas en situaciones de franco peligro.

Esa ha sido otra temática que diferentes asociaciones pro igualdad de derechos ha recalcado debe desaparecer de un medio masivo como el cómic: la imagen “vulgarizada” de la mujer, con poca ropa, atada y en situaciones de peligro mortal. Bien sabido es que, los autores de este medio (en su gran mayoría, hombres) reflejan en su trabajo ciertas situaciones “fantásticas” (sexualmente hablando) que marcan muchas veces su estilo propio de trabajar. Este ‘clamor’, acompañado de cada vez más mujeres trabajando de manera profesional en el medio del comic (ya sea como escritoras, o incluso artistas), pudo haber generado un enorme génesis de personajes principales femeninos, con un papel preponderante; al punto de tener sus propias series y ser, incluso, títulos “bandera” de muchas editoriales.

Pero acaso en este advenimiento de la heroína (femenina en extremo, superfuerte, dominante y extremadamente sexy) se nota “la sombra” de un machismo fundamental que es, en muchos casos, cultural? La historieta en México ha tenido muchos títulos populares, de gran venta, que han lanzado por los cielos a los talentos detrás de sus viñetas: un claro ejemplo son “las chicas” de Oscar Bazaldúa, prolífico artista mexicano que ilustró las portadas de varios comics populares, tales como ‘Bellas de noche’, ‘Relatos de presidio’ o ‘Libro siniestro’. Cada semana, su arte engalanaba las portadas de esos títulos que se vendían como pan caliente. Muchas personas lo vilipendian: “¿por qué tanto ‘show’ por sus viejas encueradas” Sí, precisamente por eso. Porque una verdad innegable del mercadeo, en todos sus niveles, es que “el sexo vende”. Inclusive los mercados liderados por mujeres han descubierto, y explotan muy bien, las ventajas de su género. Pero eso es otro cantar…

Muchos autores contemporáneos han dado a la mujer el papel trascendental que a muchos ha gustado en este medio. Personajes entrañables como Vampirella, Witchblade, Elektra, Supergirl, entre otras; nos han regalado inolvidables momentos y aventuras al hojear mensualmente sus páginas. Pero siempre hay un resquicio de duda, alguna situación ‘oscura’ que hará que las voces del desapruebo suban el volumen y alcen el puño: porque si, tenemos heroínas importantes como Wonder Woman, que patearán traseros de aquí a la eternidad; pero algunos dirán ‘realmente es necesario el dibujarlas en esas poses? Con esos trajes? No les parece denigrante?’.

Todo es cuestión de enfoques y una realidad irrefutable es que en este medio hay muchos hombres empuñando los lápices o las plumas electrónicas, y seguirá habiendo chicas con poca ropa, grandes atributos y muy valientes que seguirán combatiendo a los malos por el universo. Y eso está bien, ya que muchos de estos guiones son a cargo de talentosas mujeres que quieren proyectar y darle un lugar a la mujer en un medio dominado tantos años por la testosterona. Ya los artistas encargados de la gráfica nos obsequian con ese poquito de fantasía que nos hace más agradables los viajes al infinito combatiendo horribles extraterrestres invasores.

 Y si, queremos (quiero) heroínas inolvidables, superfuertes, valientes, forradas en ajustados trajes que desafían toda lógica (incluyendo la del buen gusto), que salven al mundo, sexys…pero con mucho cerebro y humanidad, que enaltezcan todo lo que significa el papel de la mujer en este pequeño mundo.

Y me despido desde esta cornisa, sigo esperando que me rescate mi Super Wife…



Gabo Sosa…ingeniero, comiquero, padre de dos super niñas hermosas.

1 comentario:

  1. La ofensa está en los ojos del espectador. Bueno, voy por mi ajustadísimo traje de heroína, que resalta que soy una chica, lo cual pudiera (o no) distraer a mi oponente, para que sea más fácil asestar el golpe . Se soy vencida, tratare de seducirle con miradas de subyugación, y si baja la guardia por compasión, atacaré de nuevo.

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