sábado, 23 de agosto de 2014

DISTOPÍA Sensacional de Cultura No. 11 - PDF


Tema: Esperanza

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jueves, 14 de agosto de 2014

DISTOPÍA PRESENTA: ESPERANZA


“El más terrible de todos los sentimientos es el sentimiento de tener la esperanza muerta”
Federico García Lorca

¿Cómo describir el sentir de la esperanza? Quizás trate de la fe en la humanidad al buscar la firme consecución de una sociedad ideal o acaso sea la férrea creencia en la realización de los mejores mundos posibles. Hoy pudiera decirse que estamos faltos de esperanzas reales y sobresaturados de promesas en el más allá. Porque seamos claros, esta virtud que tan bien nos define y nos separa del análisis frio de la máquina, es voluntad de poder en el vivir y no una ficción para la muerte. Es decir, el derecho a la esperanza se construye día a día en base al esfuerzo del espíritu humano y llega a tomar existencia propia o factible, gracias a nuestra actuación en su parto ¿De qué sirve por lo tanto una esperanza en una lejana irrealidad si no nos impulsa a superar nuestra condición actual de abulia? La esperanza es para la vida, para regenerar el tiempo y afrontar todo aquello que el futuro nos depare. Empero, desde hace mucho en el ocaso de las utopías del siglo XX, la confianza en el mañana ha ido disminuyéndose, no así para los aun propulsores de la ideología del progreso y la razón instrumental. Las crisis de todo tipo en este nuevo siglo nos han mermado en demasía y como resultado, el mundo no responde a una causa en común, sino a múltiples demandas.

Si bien sería erróneo el hacer una analogía con el pasado escatimando los avances en el desarrollo global, también es cierto que hay situaciones -al parecer- irremediables y otras desalentadoramente inéditas. Se percibe entonces, una ansiedad generalizada no tan sólo por el mañana, sino por el mismo presente confuso. Calmar esa bestia interior se ha vuelto prioridad para las sociedades contemporáneas quienes trágicamente, han comenzado a dar síntomas del Terror de la Historia. Dicha fobia ancestral enraizada en la conciencia humana, alude al miedo de asumir los acontecimientos históricos sin un fin en específico o significado real en el horizonte temporal. Explicándolo de otra forma, se vive únicamente para el hoy, pues nuestro fluir en el tiempo carece de un sentido claro al no haber una comprensión final del porqué en la naturaleza de los hechos. La existencia por lo tanto, es advertida como una serie de circunstancias controladas por el azar o en su defecto, por manos invisibles las cuales si tienen en su poder el trazo y rediseño de las coordenadas en nuestro destino.

Siendo así, espectadores o víctimas de la complejidad de los sucesos – aun cuando esta condición siempre nos haya asistido- el vacío se vuelve viral… y la esperanza se agota. Se agota en nuestro discurrir, cuando se usa como moneda barata con fecha de caducidad en los miasmas de la política. Se extingue en su mercantilización al ponerla en héroes fabricados por la publicidad y la mercadotecnia. Se prostituye con ella en el negocio de la religión organizada. Y finalmente se tuerce y envenena, al canjearla por un imaginario –creencias, ideas e imágenes- más superfluo e ilusorio, un imaginario decadente o de aparador (de disfrute y gozo) ¿Realmente en estos momentos hay esperanza o imaginamos tener una? ¿Qué es albergar una esperanza autentica?

Demos paso a las esperanzadoras opiniones de nuestros colaboradores, a ver qué dicen ellos:

¿Qué tan difícil es tener esperanza? ¿Qué tan innegable es la voluntad? Roberto Juanz en sus Líneas Flotantes nos enfrenta a estos cuestionamientos de los cuales derivarán posturas ideológicas; comprendiendo que la esperanza está alejada del pensamiento y se ubica particularmente en un sentir, aquél conllevado en la transformación, en la construcción del propio ser que busca en el futuro una  condición distinta a la de su presente.  Este presente en donde la esperanza es objeto de aparador, cápsula instantánea que sanará el malestar, desgraciadamente la  experiencia es no amiga de estas artificialidades.  Recorre la especulación de tal sentir en sus antesalas (no sus contrapartes): el dolor, la derrota y la pérdida, en las que según nuestro colaborador yace la luz ante el abismo, la náusea y la irracionalidad a la voluntad.

Paco Payán en La Caja de Abalorios no introduce en las letras de un pesimista que busca  contraponernos con nuestro propio pesimismo. La condición de reflexión que nos expone nuestro colaborador estará puesta en el diario vivir, en aquel que en letras –de apreciación y conformación- nos demuestran que en el compartir del pensar y en el construir horizontes habrá siempre un pleno de esperanza. La laceración es la mejor forma de despertar, y si ésta se hace acompañar de letras, de autores (El idealista y el perro, Guillermo Fadanelli) que nos agitan, que nos espejean, los resultados pueden sumergirnos en la introspección que bebe de esta realidad que, muchas veces estamos negados a ver.  Enfrentémonos pues.

El séptimo sello de José Huerta nos trae una recomendación que ahora,  vista desde estos tiempos es una esperanza -la historia como tal lo es- en la meca del cine y sus discutibles productos. Nuestro colaborador decide introducirnos en la quizá, única condición humana más sincera: la redención. Y es por ello que primero “redime” a un autor literario que mucho se le ha criticado de responder a fórmulas, su fórmula. Stephen King  se redime con ese pequeño relato que se hizo gran filme: Sueños de fuga. Vivir con la culpa de no ser culpable se convierte en tarea insostenible, a menos que, como nos menciona nuestro especialista, la esperanza siempre se ha tratado de mantener la cordura, el valor.

Porque los asesinos también tienen esperanza: la esperanza de vengarse, la esperanza de ver arder al mundo,  la esperanza de convertirse en la desesperanza de los sueños de los años 60. Cereal  Quiler´s a cargo de Jesús Orlando García nos revela un historia por demás revelada, pero que siempre nos lleva a pensar, qué idea, qué factor y qué intención ésta de armar una comuna hippie y luego convertirla en una familia con claras intenciones sádicas y asesinas. Eso es y más la familia Manson,  demos paso a conocer más de ellos, de su líder Charles Manson, el pequeño hombre que se convertiría en el referente de la desesperanza en un mundo en donde todo parecía cambiar, así fue.

Spqr de Lorena Rivera nos describe un ángulo de la esperanza al cual no se le resta sinceridad alguna. Porque al hablar o escribir de esperanza se presta en diversas ocasiones al engaño de esa fortaleza. Y partiendo de esa sinceridad que caracteriza a nuestra colaboradora, así como su ánimo por el simbolismo, ésta nos lleva en una revisión iconográfica de los primeros artistas mediterráneos, después con los greco-romanos, los judeo cristianos y por último los griegos. Reconociendo en cada una de estas culturas alegorías en las que podemos identificar nuestra esperanza en lo que ocultamos, en lo que pretendemos y en lo que deseamos. Te invitamos a que te reconozcas en estos lares, en estas fortalezas irreales y reales.

Goodbye Cruel World  de Hansel Toscano cuestiona la veracidad de la esperanza en un mundo que se desquebraja, un mundo que ha decidido colocar sus expectativas en el insincero  grupo de líderes, en religiosos sin fe y en mercados que han aniquilado el espíritu, otorgándonos una irrealidad en la que descansamos despreocupados (la anestesia colectiva y la sobreexcitación de las emociones son eje central de tal desidia). En tanto, nuestro colaborador nos habla de la fortaleza del espíritu como cimiento en ese mundo que se derrumba, en esa sociedad en donde sólo algunos contarán con esa fortaleza que no promulgará utopías, sino equilibrios.  ¿No reconoces ese mundo? Deja que nuestro colaborador te muestre.

Onomatopeya de Agustín Güiris  nos trae otra grata recomendación, que en letra de nuestro colaborador y especialista musical sucumbe en la construcción de una identidad no sólo de un individuo, sino de igual forma de una nación, y por supuesto de una banda tan influyente como la abordada. Nos referimos a The Who con su ópera rock Quadrophenia (1973). La cultura musical sin duda es el reflejo de lo que viven sus propios autores, compositores, el contexto apropiado de esas etapas de la vida que nos dictan, nos reclaman tener esperanza, y si de esa esperanza se hace el individuo de la madurez, los resultados estarán permanentes en él, como aquel chico llamado Jimmy que sigue esperanzando a los diversos oyentes de distintas generaciones y latitudes. Lee y escucha ahora.

La liga de perdedores podrá no tener expectativas de nadita mas voluntad les sobra, el problema es dónde la colocan. En este trastornado capítulo Bertha y compañía se enfrentaran a tres tipos de cuidado; sí, incluido el Infante, un inglés y un cura;  a las mujeres se les caerán las extensiones, mientras que a los caballeros se les escapará la gallardía al saber quiénes son tales personajes. 
Sangre, cambiaformas, navajas suizas, lípidos, millones de gansitos, ceños fruncidos, ceños no fruncidos, animaloides, comediantes de mochilas azules son parte de la aventura de este capítulo traído por el no menos delirante ¿asfixiante? Pablo Sinuhé (ahora sí bien escrito) en las ya ubicadísimas aventuras de la mejor de la ligas, la de los Perdedores.

Si después de todo lo mencionado sigues siendo preso de la decidía, de la in-voluntad, no vuelvas entonces a fincar esperanza alguna en nosotros, y si no, comienza por deconstruir tu futuro.

LA DIFICULTAD DE LA ESPERANZA


Esperanza, motivo de llegada de algo diferente en el que no habrá indicio alguno de mayores desilusiones, de temores o pérdidas; se encontrará en ésta la consecuencia de un seguir distinto, la transformación misma en el hombre que se hace de ella. Esperanza viene del verbo latino Sparare que significa esperar, podemos entonces entender que la esperanza está situada en el complejo tiempo del futuro; pero antes de adentrarse en la relación de la esperanza y el futuro es importante situar dicho concepto en una idea íntegra de los tiempos. Aun parezca innecesario referirlo, apunto a decir esto teniendo como idea primigenia que la esperanza es parte de la condición humana, es aquella parte integral del hombre al progreso, al cambio, a la creación  (no sólo visto como mera idea marxista), sino en la esencia misma de la individualidad.

El arraigo de nosotros mismos entonces se hallaría condensado en la Fe, en primera instancia como cualidad del pensamiento religioso en donde la mayor parte de ideologías religiosas sustentan su credo en la posibilidad de algo benefactor y “milagroso” en nuestras vidas, la fe expuesta afuera inicialmente, en al acto divino; tal sería el caso si lo reducimos sólo al pensamiento judeo-cristiano. Ahora bien, si lo extendemos a las filosofías de oriente podemos dar cuenta que la esperanza “real” yace en la liberación de los hombres hacia las cosas, aquellas que pueden brindarle placer, dolor y conocimiento. El conocimiento interno no es mera idea del orientalismo antiguo, estriba en los diversos posicionamientos ideológicos de las culturas globales, en la trascendencia de sus pueblos en una mejoría permanente, mejor dicho, equilibrio permanente.  Porque si algo caracteriza a la esperanza es que es inagotable, aquí es donde se hace presente una paradoja irremediable, es decir, hablar de esperanza es hablar de algo que no hay, en tanto, empuja la búsqueda de ésta; la esperanza en consecuencia  existe siempre y cuando anteceda en la misma el dolor que, será –posiblemente- la reivindicación del individuo o del pueblo si así lo quiere.

Nietzsche decía que la esperanza podría ser la prolongación del pesar en el hombre, hay en esta aseveración razones para inclinarnos a pensar que así es, sin embargo podemos hablar que ese pesar es el conjunto –y empuje- a la esperanza de lo que no se tiene: la esperanza ante el lamento, ante la ausencia, ante la zozobra, ante la indecisión, ante el desastre y demás malestares de la existencia. Y al hablar de existencia pondríamos a diversos pensadores -particularmente los Existencialistas- que conllevarían a la esperanza como artilugio, mecanismo de defensa del hombre, ilusión, aunque de igual forma que con Nietzsche, se debe tener precaución al deliberar nuestras interpretaciones y posturas ante esto. Insisto, el desencanto es fundamental para la existencia de la voluntad, no puede haber ganas de hacer si no hay nada que levantar, si no hay nada que recuperar, si no hay nada que restablecer y ofrecer.  El Samkhya (una de las muchas antiguas escuelas filosóficas de la India) nos dice que el dolor hace que el hombre pueda comprometerse en la vía de la liberación; son entonces  el abismo y la náusea, de las cuales nos hablaban Nietzsche y Camus la respuesta, ese dolor, el dolor del error, que sin él no habría posibilidad de aterrorizarse, de sensibilizarse. Permanentemente ha sido más sencillo aterrorizarse del otro, aunque la posible respuesta se sitúa en el terror y la náusea a nosotros mismos, inhibirnos ante nuestra autodestrucción. La necedad entonces es el peor enemigo de la esperanza, el retraimiento, la ausencia de la voluntad que a últimas fechas es parte de la cotidianidad; interviene la caducidad de la experiencia, parece ser que la experiencia ha perdido su valor más significativo, es decir aquello que nos ofrece un conocimiento de nuestras propias circunstancias, de nuestras vidas. Y esto en tiempos presentes cada vez es más regular, considerando que la esperanza se ha vulgarizado. Ésta se ha colocado afuera, en los otros, la esperanza es delegada a los demás, la fe es vendida –y comprada- al mejor postor, la fe se ha materializado en el peor de los sentidos. Las ilusiones son pan y necesidad de cada día. La negativa misma a ver la realidad, a vivir en un lugar que no es el propio, basta en ello la sublimación, la artificialidad del sentir, pretendiendo ver y sentir la artificialidad como algo real, algo que nos hace respirar entre el contaminante que nos hace estáticos, que nos deja sin participación alguna reduciéndonos a la contemplación de nuestra caída.

El apego –domesticado- a los seres, al odio y al error restan confianza en cualquiera, en lo único que se llega a creer es en la desdicha y en su antesala el riesgo –innecesario- que, se ha vuelto una necesidad sinsentido o, de tenerlo, podría llamarse el sentido de no tener expectativas, de no tener más que desesperación hasta naufragar en la nada. Y sin nada no hay futuro, ni el presente mismo resulta ser claro, convirtiéndonos en seres deseosos de no desear más que desaparecer. El anhelo entonces se cobija en el pasado, ensimismando nuestro espíritu hasta secarlo.

Schopenhauer habla de la voluntad no como representaciones (fenómenos naturales), sino como la posibilidad única en el hombre de cambio, de redención y reinvención. Iniciar en base a esas representaciones que el hombre estima o desestima. Está en el hombre trascender e irrumpir en lo que parece ser, la irracionalidad de la voluntad, del ser y el mundo.

La esperanza es permanente no por ser un pensamiento, sino por su propiedad de ser un sentir, de mayor valor si ésta brota del desasosiego, del núcleo del vacío, del espíritu poseído por enajenaciones y reiteraciones. La esperanza en tanto es la antítesis del estancamiento. La esperanza es el único no auto-engaño, dado que siempre será distinta en cada lucha, en la guerra que impide ser ausente de espíritu. Y para evitar la ausencia es menester la confrontación –el atestiguamiento y responsabilidad del existir-, el recordatorio del fluir.

PERIPLO


“Sólo se puede leer para iluminarse a uno mismo: no es posible encender la vida que ilumina a nadie más”

Harold Bloom

Entre susurros,  las posibilidades se abren paso con el inicio de un nuevo ciclo. Idas y venidas entre dolores, placeres, desvelos, desatinos y victorias quedan atrás, para cabalgar de nueva cuenta otro cúmulo de experiencias a contrarreloj. Sin embargo, esta noche cual topo, me resguardo en mi cápsula personal ausente del alucine perpetuo que es el Distrito Federal y aprovecho el espacio para permanecer en la intemporalidad del presente.

Por mucho tiempo consideré que beber en soledad simulaba un deporte de extrema cobardía y desdicha. Las cofradías amortiguan las caídas. Hoy, mientras contemplo una cana caer en el teclado del ordenador, acepto que envejezco y doy cuenta que todo este tiempo estuve equivocado. Beber en solitario fragmenta el pensamiento, reconcilia fantasmas, prende infiernos, resucita arrumacos e ilumina escenarios colocándote de bruces en el espejo de tus naderías y posibilidades. Medida etílica y justa para temperamentos altisonantes.

Mientras sirvo otra copa de ron para mirar el mundo a través de la pantalla, confirmo que  un clic, es la posibilidad de horrorizarte o maravillarte a cada instante. No hay vacuna hoy en día para no considerarse un voyerista profesional o lo que sea que eso signifique, bien mencionara Serna “ahora rige nuestras vidas una voluble asamblea de espectros”. Al otro lado de la acera: el “progreso”, el marketing y el ganar-ganar -eslogan perverso y de una majadería monumental- siguen haciendo de las suyas entre discursos torcidos por parte de economistas, gobernantes, y empresarios consumados en sus laureles a costa del resto.

En respuesta a incontables vejaciones sociales, donde la orfandad permea un gran número de estados anímicos, surge en mi interior esa comezón constante, moneda corriente que el grueso de la población albergamos: la esperanza. ¿Cómo concebir la esperanza en una sociedad que se despeña a cuenta gotas? Donde la actividad más simple, como el desplazarse por las ciudades se vuelve en un safari temerario día con día, sin dejar de lado, el sin fin de peripecias que experimentamos para darle un sentido a nuestra estadía por el globo.

“Esta noche no es nuestra, será oscura y falsa como todas” releo la sentencia que tuvo a bien tatuar Fadanelli en un ejemplar que conservo en el librero y la memoria, producto de aquella noche en una pulquería de insurgentes. Sin titubear regreso de nueva cuenta a ese conjunto de ensayos  que dan vida a El idealista y el perro. Trabajo que invita  a desmenuzar nuestra contemporaneidad, atrapados en una sociedad caracterizada por la gente que no piensa por sí misma, recargada en ese gran espacio común: primero la cago, ya después veo. Rebeldía y reflexión como propósitos de la literatura, son puntos donde podemos aparcar infinidad de lectores para hacerle frente a la cotidianidad que nos incendia. Al menos algo de eco podemos encontrar en nuestras lecturas.

Al caminar sus páginas me queda claro que podemos y debemos hacer uso de la  conversación para edificar a través de la discusión de ideas y dudas nuevos horizontes, es decir, crear una casa dentro de otra casa, en  palabras del autor “eso sería una  liberación”. La columna vertebral de estos ensayos no es la de convertirse en un profeta de su tiempo, más bien, son dardos lacerantes producto  del disciplinado arte de observar lo cotidiano para darle forma a una opinión digna de tomar en cuenta.

“En la actualidad no necesitamos más escritores, sino un regimiento de buenos lectores que luchen contra su propia brutalidad e ignorancia” menciona en un apartado. La estimulación de la imaginación por medio de la lectura ordena el pensamiento, Pessoa dice que uno escribe para hacer real la vida porque la vida cotidiana es tan compleja, tan injusta que parecería que somos una alucinación. Sugerir un camino, considero,  es la forma más noble de mostrarnos la complejidad  del abanico de situaciones a las que nos enfrentamos a diario y de esto va el libro, de abrir nuevas brechas para darle otros matices a nuestra experiencia allá afuera. Los líderes y su ánimo religioso propio de algunas personas me causan gran perturbación, porque no podemos depender de una persona y de sus humores para trazarnos un camino, ya suficiente tenemos con la vastedad de intrépidos vaqueros que sacan provecho del arreo de las manadas indefensas.

El instinto y el vagar sin puerto aparente,  son las bases en las que se  solidifica este compendio de minuciosos ensayos que van desde una inmersión a la costumbre, el fanatismo deportivo, paseo en fondas, el placer, la soltería, las mujeres, la brevedad de la vida, la pedantería entre otros puntos de interés para la retina que podemos encontrar mientras habitamos sus páginas. Leer la opinión de este paladín del pesimismo, es un ejercicio recalcitrante que nos abre la posibilidad de encontrar otros mundos y otras voces para dar inicio a una de las batallas más temerarias de nuestros días: la de ofrecernos una esperanza no como actitud sino como una pulsión íntima a partir del conocimiento y la generación de una opinión propia de las cosas y si acaso vivenciar la comprensión de uno mismo y del género humano.

La experiencia literaria es, en mi opinión, uno de los medios de conocimiento más profundos que tiene el hombre en sus manos, una experiencia en la actualidad cada vez más despreciada.

Guillermo Fadanelli

SUEÑO DE FUGA, LA ESPERANZA COMO FUENTE DE CORDURA Y VALOR.


Qué tanto se podría relacionar la palabra injusticia con la esperanza, tal vez de primera mano uno podría pensar que una no tiene nada que ver con la otra, los significados distan mucho uno de otro, sin embargo, muchas personas se han visto relacionadas en la primera, y no les queda de otra más que confiar en que la segunda les haga un “favor”.

Cuántas veces hemos escuchado de lo miserable e injusto que puede llegar a ser el sistema de justicia, cuántos de estos casos han tenido un buen fin, o han sido resueltos de manera digna y coherente; no es mi intención sacar números ni conclusiones sobre el sistema penitenciario de ningún país, todos tienen sus injusticias y lamentablemente muchas de ellas no han sido resueltas. La cinta “Sueño de fuga” retrata esta experiencia insoportable para cualquier ser humano, de la mano del director Frank Darabont, quien antes de esta película sólo tuvo cortos y videos, y a partir de esta cinta, con la ayuda de un gran “activo” de la industria fílmica como lo ha sido el escritor Stephen King, quien en su haber ha tenido traslaciones como la terrorífica cinta basada en una niña perturbada “Carrie” (Brian de Palma, 1976), la espeluznante adaptación que Stanley Kubrick hizo del libro “El resplandor” en 1980 y la cual fue criticada por el mismo escritor, o la sádica cinta “Miseria” (Rob Reiner, 1990), pasando por la endiablada miniserie noventera “ESO” (Tommy Lee Wallace, 1990).

Sólo por mencionar algunas de sus más afamadas cintas, aunque éste sigue creando historias para la industria hollywoodense y, por consiguiente, convirtiéndose en uno de los hijos pródigos de la industria cinematográfica norteamericana y que ha sido criticado por los círculos literarios de utilizar una fórmula que le ha funcionado en muchas ocasiones: un pueblo o villa norteamericana en la cual se presenta un suceso paranormal; tanto ha sido su éxito que el cine ha volteado a ver su obra más de 180 ocasiones para contar sus relatos, afortunadamente no todas sus historias tienen que ver con pueblos y sucesos paranormales, la desgracias humana e ineficiencia del sistema también es abordado por este prolífico escritor, y una de estas historias es trasladada al cine de manera magistral por Frank Darabont, que hilvana de forma perfecta el inicio de esta reseña, la injusticia y la esperanza, me refiero a la dramática cinta “Sueño de fuga” (1994).

La película cuenta la desafortunada historia de Andy Dufresne, interpretado de forma magistral por Tim Robbins, quien cae preso en el centro penitenciario de Shawshank por el asesinato de su esposa, después de enterarse que ésta le era infiel con su profesor de golf. Para su desgracia, el sistema lo haya culpable por ese crimen que él no cometió, y es en este momento que inicia su penuria en dicho penal en el que conoce a un hombre al cual apodan “Rojo”, encarnado por Morgan Freeman, papel que lo llevó a ser nominado al Oscar por su interpretación; “Rojo” ayuda a Andy a sobrellevar su vida en la cárcel, en la cual conoce a otros convictos entre los que encontramos a Heywood, Brooks y Tommy, este último confiesa conocer al verdadero asesino de la esposa de Andy, motivo por el cual abriga la esperanza de salir de prisión; del otro lado Dufresne conoce a los corruptos dirigentes y oficiales que dirigen el penal, entre los que están el director del mismo, Warden Norton, y el jefe de los custodios, el capitán Headley, con quienes entabla una relación “profesional” al convertirse en su asesor contable y financiero, desviando y alterando los estados financieros de ambos, eludiendo al fisco norteamericano, volviéndose una persona indispensable en la vida de estos corruptos personajes. Andy en todo momento tiene la esperanza de salir de prisión, la oportunidad de oro se le presenta cuando Tommy le confiesa que sabe quien es el asesino de su esposa, sin embargo, Andy es tan importante para desviar el dinero de los mandamás del penal que antes de que su alumno confiese la verdad, es asesinado a sangre fría con tal de mantener a Andy en la cárcel; la muerte de su amigo se convierte en la gota que derrama el vaso, y es cuando decide escapar de la prisión, no sin antes convencer a su entrañable amigo “Rojo” de encontrarse con él en la playa mexicana de Zihuatanejo .

“Sueño de fuga” es una maravillosa película, con personajes entrañables como el señor Brooks y su cuervo como mascota, las lecciones de vida de “Rojo” y su control del tráfico de objetos dentro del penal, el despiadado director del penal Warden y su secuaz el capitán Hadley, la tenacidad de Andy por mantenerse cuerdo después de tanta corrupción e injusticia, y la palabra esperanza como algo que nunca perece, como un motivante para seguir adelante pese a todas las adversidades que una persona pueda enfrentar, como esa luz  al final del túnel que anuncia la culminación de la penumbra. Frank Darabont crea una historia redonda, con interpretaciones maravillosas por parte de todo el reparto, aún cuando sean apariciones fugaces, hace que todos los personajes sean, o entrañables o detestables, aunque al final la lección para el malo es perderlo todo, y el bueno encontrar su redención en un lugar paradisiaco.

La fotografía corre a cargo de uno de los mejores ojos del cine norteamericano como lo es Roger Deakins, quien también ha trabajado con los multinominados hermanos Cohen, así como para el también ganador del Oscar, Sam Mendes, o Paul Haggis, entre otros, el recorrido visual es muy bueno, en todo momento sentimos la prisión como un pilar fundamental en la trama de la cinta, la claridad de los patios exteriores donde los reos hacen actividades deportivas o recreativas, los claroscuros de la celdas y la soledad en la que viven los presos, la penumbra de los cuartos de aislamiento donde la oscuridad y el mantener la cordura, son los únicos compañeros de alguien que por castigo es llevado ahí, la calidez y comodidad de las oficinas administrativas del penal, donde personajes corruptos despachan la justicia por propia mano, como si de una especie de Dios se tratara.

En sí la cinta es maravillosa, Darabont elige un relato corto de Stephen King de nombre, “Rita Hayworth and Shawshank Redemption”, dejando a un lado las historias de terror del escritor norteamericano, gesto que se agradece del director y que sitúa a Tim Robbins y Morgan Freeman en la estratosfera de los grandes actores noventeros de la meca hollywodense, situando al espectador en un mundo de corrupción y avaricia sin el más mínimo temor a las consecuencias, la deshumanización de quienes procuran la justicia y que más bien hacen con ella lo que quieren, un ejemplo de cómo se mueven los hilos del sistema judicial no sólo de Estados Unidos, sino de muchas partes del mundo, en los que puede haber miles de presos inculpados sin sustento, donde la esperanza parece no tener lugar, donde los paredones y los barrotes parecen una muestra de impotencia, de desesperación, pero ante tales malestares, siempre hay un rayo de luz que puede entrar por una celda, ese hilo esperanza que motiva al hombre a ser fuerte y salir airoso de cualquier atrocidad que pueda padecer, esa palabra que parece significar poco ante esas circunstancias pero que lo es todo, y que ayuda a mantener la cordura y el coraje, que no sucumbe y al contrario, toma fuerzas de la debilidad más angustiante, sensibilizando al hombre para que vea en esa luz su posible redención.

CARNE DE PRESIDIO


“Carne de presidio” es el término usualmente empleado en el argot carcelario de buena parte de Hispanoamérica para los individuos que literalmente nacieron para permanecer bajo el encierro y tutela del Estado por sus conductas criminales. Existiendo así sujetos que prácticamente ven  pasar los años de su existencia tras las rejas, ya sea por estar sentenciados a largas condenas o por reincidir una y otra vez en actividades delincuenciales que los llevan a entrar y salir por temporadas de prisión. Charles Manson  es “carne de presidio” por donde se le mire. A los treinta y dos años de edad ya había visto transcurrir diecisiete de su vida encerrado por numerosas estafas, trata de blancas y robo de autos, siendo a la edad de diez cuando se dio su primer arresto por robo de alimentos.

Cuando en 1967 fue liberado de una larga condena de diez años, el joven treintañero  se encontró de frente con el floreciente ambiente “hippie” lleno de placeres efímeros, hedonismo y mística; ahí halló el caldo de cultivo ideal para crear su propia comuna de hippies, siendo el líder absoluto que mandaba hasta en el más mínimo detalle de la vida de su  “Familia”, la famosa familia Manson. Que después llena de odio irracional, enajenación y manipulación de un poderoso jefe moral, considerado por todos ellos como un mesías, un ser mítico y místico, una especie de Rasputín  americano  emanado de los “chicos de las flores”;  que lo mismo tenía una doctrina basada en la biblia que en las canciones de los Beatles particularmente el famoso Álbum Blanco. Hay que recordar que fue un músico frustrado, que un día  lleno de quien sabe qué idea  se le ocurrió enviar a sus adoctrinados a vengar el engaño y rechazo de un productor musical, hijo de Doris Day que rentaba la casa al matrimonio  formado por Sharon Tate y Roman Polanski.  Teniendo como resultado  la cruel masacre de la actriz embarazada (fue apuñalada repetidas veces por un trinche, colgada y perforada con una flecha de ballesta) y sus invitados por tres chicas y el lugarteniente de Charles, “Tex” Watson. Después vendrían los crímenes de los Labianca y las detenciones, las luces de los flashes, la sangre en las paredes con la leyenda “Pigs” y la fama para la posteridad.  Con una inicial sentencia a muerte que fue recovada por el Gobierno Federal Manson y compañía fueron finalmente condenados a cadena perpetua.

Desde 1970  Charles Manson, nacido en 1934, hijo de una prostituta adolescente, el lado oscuro y siniestro del “amor y paz” vigente, ha estado encerrado. Han pasado nueve copas del mundo y  diez Olimpiadas. La guerra fría volvió, se fue y regresó.  Los avances tecnológicos son inimaginables, y este 2014 en su año número 44 ininterrumpido encerrado y con un par de discos a cuesta Manson será finalmente liberado por cuestiones de edad. Sí el chiste era no perder la esperanza de volver a estar afuera  ¿Podrá soportar el humor de su libertad?



ESPERANZA


Debo reconocerle al lector que, cuando me propusieron esta temática, no pude sino renunciar a escribir. No se puede escribir de lo que uno no sabe o carece. ¿O, sí? Siempre me han inculcado escuchar y no hablar de lo que no sé. Pero, si aceptaba el hecho de que no sabía de esperanza, estaba reconociendo que yo era un ser desesperanzado y esto no es exactamente cierto. Así pues, debía algo, por pequeño que fuera, que yo pudiera aportar.

Desde la noche de los tiempos, la humanidad tiende a representar lo que le sucede, lo que siente, sus formas de hacer, su visión del mundo. Desde guerras hasta escenas de la vida cotidiana y la esperanza, por extraño que parezca, es un hecho cotidiano. Por lo tanto, ¿cómo hemos representado a la esperanza? ¿Qué es la esperanza?

La esperanza es algo muy subjetivo y depende desde el prisma que se observe y responde a la cultura que la defienda. Puesto que no puedo hablar de lo que no sé, no puedo hablar de las culturas orientales, africanas, americanas o nórdicas; no obstante sí puedo hacer una revisión iconográfica de la esperanza en mi añorado Mediterráneo, en mi cultura greco-romana, a veces empapada de cristianismo.

Empecemos.

Uno de los primeros símbolos que representan a la esperanza es el ancla o áncora. Los primeros artistas mediterráneos usaban el ancla como alegoría de la navegación, sin embargo, el hecho de mantener la embarcación asegurada hizo que se transformara en una alegoría de la esperanza. Es aquello que nos mantiene firmes ante las dificultades.

Para los greco-romanos este símbolo evolucionará y pasará a ser la parte sólida del ser humano que le permite mantener la estabilidad cuando embisten las sensaciones y sentimientos, por lo que no se aleja demasiado de su significado primigenio.

Este ancla es tomada por el cristianismo también como símbolo de esperanza y como dijo San Pablo «En la esperanza tenemos como un áncora del alma». El áncora es tomada en el cristianismo primitivo como símbolo de salvación y esperanza. Generalmente está en posición vertical, con un delfín o un pez que representa a Jesucristo.

En Roma, la Esperanza era una joven ninfa alada, de sereno rostro, coronada de flores. Vestía de color verde, color de los frutos y flores al nacer, promesa de una cosecha; de vida. Si la esperanza alimenta el amor, suele ir acompañada del arco iris.

Es por esto que, para nosotros, la esperanza es verde.

En Grecia, la esperanza viene representada por el mito de la Caja de Pandora. Cuando Prometeo robó el fuego que portaba el dios Sol en su carro, Zeus se enfureció y ordenó los dioses crear una mujer capaz de seducir a cualquier hombre y cuyo nombre sería Pandora. Hefesto la moldeó en arcilla con formas sugerentes; Atenea la vistió con elegantes vestiduras y Hermes la dotó con el don de la seducción y la manipulación. Zeus le concedió la vida y la envió a casa de Prometeo que vivía con su hermano Epimeteo, quien a sabiendas de la posible venganza de Zeus, recibió a Pandora. Epimeteo no pudo resistirse a sus encantos, se enamoró de ella y la tomó como esposa.

Pandora poseía un ánfora que guardaba todos los males y bienes capaces de contaminar el mundo, pues hasta la fecha no existían ni la enfermedad, ni la locura, ni los vicios, ni la pobreza ni los nobles sentimientos. Pandora, curiosa, un buen día decidió abrir ese ánfora, pues desconocía su contenido. Al abrirla, todos los males se escaparon y se expandieron por todo el mundo asaltando a los humanos. Los bienes, sin embargo, subieron al Olimpo y se quedaron junto a los dioses.

Cuando Pandora se dio cuenta de esto, presa del pánico, cerró de golpe la caja, quedando la esperanza encerrada en ella. Curiosamente, la esperanza era necesaria para superar lo males que acosaban al hombre y, Pandora corrió a consolar a los hombres diciéndoles que ésta estaba a buen recaudo y que siempre podrían acudir a ella.

Viendo esto, desde nuestros más profundos orígenes, la esperanza está ligada a la fortaleza, al sustento, a la mujer, a la vida, a la naturaleza. Siendo México una sociedad con un claro acento de matriarcado, ¿no será en el fondo una sociedad esperanzada, que se resiste a sucumbir?

Le dejo al lector la respuesta.

DE LOS ESPÍRITUS FUERTES


“Oh vosotros los que entráis, abandonad toda esperanza"
Infierno, Canto III, sentencia 9
Dante Alighieri - La Divina Comedia

En un mundo que cada vez tiende a tornarse más apocalíptico, preguntarse por la esperanza es ir a contracorriente. Pero he aquí, que resignificarla es pensar lo posible… creer lo imposible. Somos constructores de irrealidades y de mundos imaginarios, siempre con la esperanza de resolver problemas y saber más acerca de nosotros. Siendo así, nuestra aparición ha estado marcada por esa acuciante necesidad de moldear nuestros sueños con la arcilla de la naturaleza. Cada momento que vivimos, cada resplandor de belleza chocando en nuestra existencia, deja en nosotros un fuerte deseo de seguir erigiendo la historia universal de nuestros avances. Por ende, alborear en el horizonte del mañana, es mantener el ímpetu y la voluntad de que suceda lo que suceda en la travesía de cualquier día, estaremos listos para afrontarlo. Es la fe en nosotros mismos más allá de la entrega colectiva a una sola persona o líder con el fin de que éste cambie nuestro porvenir.

¿Dónde yace entonces la esperanza? Quizás justo ahí donde todo parece perdido o en aquel sitio donde jamás pensamos llegar y hoy gracias a esa escalada -al igual que quienes nos precedieron- seguimos creando sobre los hombros de gigantes. Y de este punto, es saber que no hay límites y al mismo tiempo deontológicamente también delinearlos. Esta debiera ser la única condición para evitar retroceder, el no rebasar ciertas líneas que terminasen atentando contra nosotros mismos. Empero ¿Es esperanza actualmente la técnica o su aplicación a la tecnología? Difícil es no obviar las significaciones sociales depositadas en este corpus de conocimientos. Volvemos a creer en ellas una y otra vez pues desde siempre han estado configuradas con el augurio de una posterioridad utópica. Y a pesar de ello, en la mayoría de los casos todo ha quedado trunco dando paso en consecuencia, a la égida del dominio económico o a la simple lucha por la hegemonía (carrera armamentística, inestabilidad financiera, concentración de riqueza o escases de recursos, el Big Brother Orwelliano, medio ambiente en declive, etc.). Pareciera por lo tanto que intentamos solucionar/compensar con nuevas invenciones los desajustes que nosotros mismos provocamos.

¿Cuál es entonces la intención subyacente? Acaso trate de la esperanza en humanizarnos y lograr así el equilibrio sobre una racionalidad instrumental de pura explotación: luchamos contra nosotros mismos, contra la temible autoinmolación. Por consiguiente, es percatarnos de la probabilidad de rebasar un punto de no retorno, donde ni todas nuestras teorías unificadas o una ciencia mayor pudieran ser suficientes para salvarnos –una vez más- de nosotros mismos. Bajo esta óptica es comprensible el no alojar siquiera una fe aceptable en el devenir humano. Hay un sentir de tiempo final en el cual la dinámica social oscila entre la anestesia colectiva o la sobreexcitación de las emociones, todo con el objeto de sobrellevar un instante de nulas certezas. Es una era de… nada. Experimentamos una ilusión de movimiento, de un planeta unificado –aunque sea sólo a través del ciberespacio- de un continuum de acontecimientos en apariencia importantes, de cambios neurálgicos para arribar probablemente: a nada. Y es así porque nuestra esperanza está situada en un imaginario erróneo o en lo efímero de promesas quiméricas.

Esta es la pregunta ¿En qué creer hoy en día? ¿Dónde depositar nuestra esperanza… de nuevo? Ante tal cuestionamiento, es oportuna una especie de digresión. Individualmente, es requisito para resolver un problema crítico el poseer un espíritu fuerte. Es el impulso interior de no caer en la desesperación y convertir el reto en una cuestión de orgullo personal. Se podrá tener inteligencia o perspicacia, pero sin un espíritu fuerte no hay esperanza y por lo tanto, se carece de una proyección hacia una solución (dejamos que el mundo se clausure). Así entonces, la esperanza es, a pesar de los reveses mantener la convicción en que tarde o temprano habrá de encontrarse la salida. En nuestro contexto, sentimos el estremecimiento colectivo que a veces se canaliza y otras degenera en revuelta. Como se mencionó líneas arriba, es la búsqueda del equilibrio de las fuerzas, el reencauzar cierto sentido social de un sistema muy injusto y poco benéfico. El espíritu fuerte hace acto de presencia en varias partes del orbe aunque también en muchas ocasiones son llamas que se extinguen rápidamente. El fuego amenaza con crear un incendio pero al mismo tiempo se transforma en un faro capaz de guiar a otras alternativas posibles. Las ideas circulando son el aliciente de la imaginación que señala a la esperanza como algo más que el slogan de un refresco en una campaña publicitaria o política.

Tener esperanza a nivel planetario es por consecuencia, un asunto tanto inocente como realista, ficticio o admisible. No tenemos la última palabra aun entre múltiples sucesos desesperanzadores. Podemos concluir indicando la característica más esencial en la esperanza, su exigencia de suelo firme. Una tierra en plena armonía jamás podría realizarse, por ende, decir en contraparte creo en el equilibrio y el balance es mucho más consiente y positivo para la igualdad en todos los niveles. Seguir colocando nuestra fe de un futuro idílico en golosinas tecno-comunicativas nos distrae del verdadero espacio donde debemos ubicar tales esperanzas: en nosotros mismos y en aquello que somos capaces de lograr, incluso, modificar el curso a la fatalidad. Sirva pues esta idea, de aporte para configurar una nueva visión del futuro, aunque sepamos que la esperanza siendo propia de los espíritus fuertes, no abarca a la mayoría de los hombres y mucho menos a quienes carecen de la actitud y las aptitudes para llevar a cabo su personal redención. 

QUADROPHENIA – THE WHO (1973)


I clean my room and my shoes,
but my mother found a box of blues,
and there doesn't seem much hope…”

La gran mayoría de los álbumes de The Who sudan historia por los rincones de cualquier sitio al ser puestos debajo de la aguja. Son discos que más que hacernos recordar nos refrescan lo que el Rock es y hereda; lo que debería de ser y seguir siendo. Son una muestra tajante de un género que no ha ido desapareciendo sino mutando hacía un extremo puro para los oídos que no gustan de moda sino que son atraídos por la tradición, la integridad y la evolución dada de la escuela (técnica) y la madurez (“feeling”). Quadrophenia, en todo caso, no es la excepción a la regla sino una de sus confirmaciones más enérgicas.

Con un final tan ambiguo como discutible debido en gran parte al silencio de los creadores así como el revuelo de una explicación por parte de los seguidores de la banda y gustosos del género, esta producción se trata de una de las Rock Óperas más importantes, populares e influyentes de la historia del Rock. Un entramado que sigue los pasos de Jimmy, un adolescente en el apogeo de su rebeldía durante aproximadamente una semana en la siempre truculenta búsqueda de identidad. Bajo el contexto de una Inglaterra juvenil dividida entre los “Mods” y los “Rockers”, la personalidad en diversos parajes de nuestro personaje principal se divide y refleja, en reacciones y fraseos, con el propio temperamento de los 4 miembros de la banda. Compuesta, como la mayoría de toda la obra de The Who, por Pete Townshend, la trama resulta difícil de seguir a través de los cortes musicales y la letra. Hay vacíos que se deben de ir llenando a través del pequeño texto que acompaña al álbum oficial, mismo que en las primeras ediciones en CD desapareció pero que retornó con los años.

Constituida 6 años después como una película, dirigida por Franc Roddam, la historia detrás de la obra musical se torna un tanto más comprensible en su estructura pero al igual, y quizá hasta un poco más  que la obra original, el final se discute aún entre los espectadores. ¿Jimmy destruye todo aquello que lo alejó de su familia, amigos, novia y trabajo, o simplemente es la autodestrucción lo que presenciamos en ese ya mítico peñasco? ¿Es toda la historia un flashback después de ese momento culminante? Las respuestas nunca han querido ser cedidas y lejos de acrecentar o empequeñecer esto al legado del álbum, lo ha mantenido con bríos, garbo y un pequeño misterio que ha tornado a la cinta, eso sí, en una de culto para el género.

De una extensión mayor: Quadrophenia resulta también ser uno de los álbumes dobles mejor calificados por la crítica y el paso del tiempo, la energía que desborda en sus temas instrumentales sirven no sólo para el oído gustoso de la portentosa herencia de esta legendaria banda, sino como puentes que amalgaman un disco redondo: es a lo largo de toda la obra que los temas musicales en los que circunda el espacio sonoro del álbum se van presentando; dándose a conocer de forma sutil para después explotar cuando llega su turno de hacerse sonar como la voz principal. Las letras, por su parte, fabrican esos pequeños recovecos de reflexión tan clásicos en Townshend –recordar que fueron sus composiciones las que se alejaron de la sociedad moralina de finales de los 50 y principios de los 60 tocando y hablando los temas “prohibidos” para la juventud como las drogas, las infidelidades y los problemas familiares entre otros.

Con este su sexto álbum de estudio, The Who arriba a la cúspide de su talento. Sella el fin de una triada de discos que cambiarían el panorama de todo lo que habían entregado para hacer historia hasta ese momento. Tommy (1969), Whos Next (1971) y Quadrophenia los relegan a esa esquina donde pocas bandas logran llegar e instalarse. No sólo por su reputación sino por su calidad y prodigio de sencillez y profundidad. Por hablar sin tapujos, con integridad y carácter sobre lo que sucedía en los interiores de una generación que sería, a la postre, el futuro de una nación: en el año que el filme fue estrenado Margaret Thatcher es electa como primer ministro.

Sea acaso si Jimmy destruye esa Vespa como símbolo de todo lo que había buscado hasta ese momento para sentirse parte de algo y que al final resulto falso, o sea si es él quien decide irse junto a ella para ya no formar parte (hacerse nada), esta Rock Ópera define la madurez de no sólo una de las mejores bandas de Rock, sino una de las primeras. Ya sea por la esperanza o desesperanza que despierte en cada uno de sus escuchas, Quadrophenia se alza como uno de los discos obligados para todos los gustosos del Rock y quizá, así lo creo, la mejor Ópera Rock de todos los tiempos.


Tracklist.

Disco 1:
I.- I Am The Sea (2:08)
II.- The Real Me (3:20)
III.- Quadrophenia (6:13)
IV.- Cut My Hair (3:44)
V.- The Punk And The Godfather (5:10)
VI.- I’m One (2:37)
VII.- The Dirty Jobs (4:28)
VIII.- Helpless Dancer (2:33)
IX.- Is It In My Head (3:43)
X.- I’ve Had Enough (6:14)

Disco 2:
I.- 5:15 (5:00)
II.- Sea And Sand (5:01)
III.- Drowned (5:26)
IV.- Bell Boy (4:55)
V.- Doctor Jimmy (8:36)
VI.- The Rock (6:37)
VII.- Love Reing O’er Me (5:48)

Sobre el autor: Colaborador asiduo de lugares insospechados, selectivo y técnico de manutención de gustos afines al descanso. Se rumora que prepara su casa para la invasión del silencio. Escribe y describe la vida habitual de cierta cantina de la ciudad. No da un paso adelante sin pensar que faltan muchos más. Para más recorridos, visitar su sitio personal: www.lacosaestaasi.blogspot.com

CAPÍTULO 7: ¡LA ESPERANZA MUERE AL ÚLTIMO, PERO LOS PERDEDORES MUEREN ANTES!


¡Bertha! ¡Bertha! ¡Encontré algo! – gruñe casi ahogado Chacal-o - ¡Creemos que son las rocas que cayeron justo en la salida de Gizmo y los demás!

Bertha se dirige, exhausta hacia donde indica el mutado canino y asoma un ojo. Está agotada, pero le parece acertada la apreciación. Voltea hacia el este, rumbo por el que mandara previamente a Mandril – o a iniciar la búsqueda de los otros miembros de la Liga de Perdedores. Se recarga con su voluminoso cuerpo en un costado de las rocas, Chacal-o esnifa: Creo que tengo algo Bertha… ¡Creo que son ellos bajo los escombros!

Bertha reúne fuerzas, Chacal-o y Mandril – o también se agrega. Levantan las piedras más próximas e insertan pedazos de metal retorcido para que sirvan como  trabes y pilares improvisados y el resto del escombro no se desplome. En eso están cuando Hombre Puerta recupera la conciencia. Bertha se dirige rápidamente a él y lo levanta, abofeteándolo con la fuerza que le dan millón y medio de gansitos como dijera Molotov y arrinconándolo en la pared más próxima: ¿En dónde están Sinuhé y Oolong, Puerta? ¡Es importante saber en dónde los dejaste, los necesitamos, si el Ejército y el Consejo de Seguridad de la ONU los encuentran, van a matarlos! Puerta aún aturdido, intenta establecer contacto con sus coordenadas en el muelle en Ginebra, pero no ve rastros de Oolong. Regresa a donde está Bertha: “N- no hallo a Oolong… apenas pude echar una mirada señorita Bertha… no sé qué pudo… oh, no”  “¿Qué pasa? – inquiere bufando la gordacontéstame Puerta, no estamos para titubeos” Pero Puerta no responde, sólo alcanza a sollozar señalando hacia arriba en un lugar próximo a ellos.

Entre los escombros cae la cabeza de Oolong, sus orejas y el rabo. Chacal-o y Mandril-o detienen su tarea salvadora para ver el horror del cambiaformas occiso. En lo alto, Hidalgo, Infante y Lennon sonríen macabros blandiendo sus armas, irradiando aparte del petatazo de choquilla de muerto podridón, una esencia verdosa que a Bertha le trajo algún recuerdo, pero de inmediato ordenó a los animaloides que siguieran escarbando mientras ella se encargaba. Los aún impactados antropomorfos sólo le señalan a Bertha en un pequeño claro al enanazo de Ram Man surgiendo de los escombros, más aturdido de lo común, pero con fuerza: “¿Qué, qué, qué? - gruñe con furia - ¿¡Quién la va a armar putos!?” Bertha lo observa y Ram Man se alinea a brinquitos muy cuco él. Chacal-o y Mandril-o regresan a las labores de rescate.

Bertha da un paso adelante y Ram Man un brinquito. Miran hacia la montaña de escombros, ambos saben que cualquier ataque sobre la triada occisa, podría ocasionar un derrumbe y echar atrás los pocos avances que se lograron con la liberación de Ram Man, así que se encuentran a la expectativa. Los muertos no muertos se dan cuenta de esta ventaja y es el hombre de dios, don Miguel Gregorio Antonio Ignacio Hidalgo y Costilla Gallaga Mandarte Villaseñor, quien, blandiendo la hoja afilada de su sable, brinca hacia Bertha y Ram Man. Éste impulsa sus piernillas de llanta de cuero viejo para darle un severo tope al sable del Medievo en una elaborada metáfora acerca de por qué cenar hot dogs antes de dormir está muy cabrón. Hidalgo y Costilla sorprendido ve volar su sable lejos de él. Con un mohín voltea la mano derecha como saludo de princesa y de sus ropas extrae otro igual…. Y otro: Veamos bestia de Satanás hasta donde puedes llegar, porque la gracia del señor está conmigo y él no me abandonará en este oscuro momento… he regresado de entre los muertos porque su llegada está cerca y si he de matar a cada uno de ustedes impuros hijos de la corona, entonces por mi persona en el primer escalón de la entrada al Paraíso, que los mataré a todos.

Ram Man no entiende ni la mitad y le vale aventándose otro tope derechito al cura quien lo esquiva, Ram Man se va derecho todo sacado de onda y va a caer en los pies de Lennon, quien nada compasivo arroja su navaja suiza directo entre los ojos de Ram Man, quien grita agónico. Abajo, Hidalgo sonríe y se dirige hacia Bertha, Pedrito Infante hace lo mismo, Bertha se prepara para recibir el ataque. Si bien controlar su densidad impedirá que los ataques de las armas blancas sean efectivos, no podrá hacer mucho con la furia guerrera de unos no muertos. Infante tiene la determinación, tozudez y bíceps de Pepe el Toro e Hidalgo tiene las mañas, mala onda de un cura de su tiempo, pero también la agilidad de un hombre de sesenta años, eso no es tan bueno. Bertha lo descuenta de un manotazo, pero Hidalgo ya no conoce el dolor ni el cansancio, diablos ¡fue asesinado por un pelotón entero y cuenta la leyenda que el cabrón no se quería morir. Tres descargas de los riflazos esos que parecen varas para atizar el fuego y nada. Pinche Hidalgo tuvieron que atizarle una descarga en el pecho para que se jeteara. Ahora, un manotazo de Bertha apenas si le hace algo. Infante al grito de Amorcito Corazón, le hace ver su suerte a Bertha que no puede evitar pelear contra un amo del machete y la herramienta de carpintería. Bertha puede ser resistente en su piel, pero si recordamos que está GORDA, entonces es fácil suponer que se cansará y mucho.

 Arriba, Ram Man se retuerce del certero navajazo, comienza a llorar porque la neta es re marica y se frota la carilla, la sangre se le desparrama como de cuino, tan tierno y grotesco a la vez, como una película romántica. Lennon de repente torna su gesto adusto de inglés mal tragado y se hinca al ver el dolor de Ram Man. Su ceño no se frunce más… algo en su interior le hace dudar y titubeando dice: Y- yo… I didn´t mean to hurt you…. I´m sorry that I made you cry… didn´t wanna hurt you… I´m just a deadite guy…. Y mientras se avienta el chiflidito y retira con ternura la navaja enterrada de la jeta ya hinchada de Ram Mancito, una severa patada afelpada en la nuca, hace que el muerto viviente de Liverpool se vaya de bruces sobre el escombro.

¡PATADA A TRAICIÓN JIPI HIJO DE PUTA! – grita una enfurecida Conejita Blanca – ¡A CHINGAR A SU MADRE CON SUS CANCIONES PARA PUTOS! – la Conejita se coloca frente al otrora músico y le planta otra patada en el pecho haciéndolo caer por los escombros. Ram Man se levanta con trabajos, pero aliviado: “¡Gracias por salvarme Conejita, el ataque de ése tipo casi me mata!” La Conejita lo mira extrañada: ¿Te estaba atacando? Hrm, límpiate la sangre, dime ¿Dónde está mi amor? ¿En dónde quedó? ¿En estos escombros? – patea impaciente las rocas y Mandril-o y Chacal-o salen corriendo. ¡Un derrumbe por tanto desmadre de estos cabrones! A lo lejos podemos ver a Lennon quitando rocas provocando el derrumbe de la última esperanza de salvar a los miembros de la Liga que quedaron sepultados: ¡Ya saben amigos, todo lo que necesitan es un poco… de…. AMOR!  Y en ese instante, todas las rocas se caen con Ram Man y la Conejita en la parte alta. Bertha en su delirante pelea contra Pedro Infante e Hidalgo y Costilla apenas logra ver cómo todas las piedras caen… esboza un gemido de tristeza y las rocas caen en avalancha sepultándola con los no muertos.

 En un escenario donde todo se derrumbó, dentro de mí, dentro de mí, los pasos torpes y cansados del Hombre Puerta rompen el silencio. Sus ojos de rombo buscan nerviosamente: “Más… rápido… más…” Y madres, con un destello desaparece y unos segundos después aparece ahí mismo, esta vez sacando por su portal a la Conejita, toda madreada y maldiciendo entre sueños. Puerta se arrodilla y mira junto a la Conejita los cuerpos de Chacal-o, Mandril-o y Ram Man a quienes acaba de rescatar de morir atrapados en los escombros. “Una más… más rápido… más fuerza…” y sopas, desaparece. Y de nuevo aparece, pero su portal no alcanza para sacar el enorme chipote de carne que es la Gran Bertha. Puerta la empuja como puede, ni siquiera puede decir si está viva. Él se derrumba ahí mismo, pero levanta la cabeza, algo le falta.

Desierto de Libia

El portal se abre, la mano busca algo, el Hombre Puerta se asoma: Las coordenadas son correctas – se queja - ¿qué sucede? – el débil y golpeado Puerta asoma el cuerpo, se para en la quemante arena, con su temperatura de sauna para obesos. No ve al jefe, voltea  de un lado a otro. Está débil pero tiene que buscarlo, probablemente no esté lejos. Avanza sólo unos minutos, se debilita, grita el bello y sonoro nombre de Sinuhé. No hay respuesta, necesita descanso, abre un portal con trabajos, regresa a la derrumbada base y desgraciadamente las cosas no parece que vayan a mejorar. Un rifle de alto poder así como los de los pinches narcos, le apunta en la cabeza. “Levántate lentamente culero, con las manos arriba” le espeta una voz aguardientosa. Puerta obedece, confundido, mira a su alrededor discretamente. Sus compañeros están todos inconscientes y esposados. De entre los militares aparece Babbage y el pinche mariconazo loca del Pee Wee Herman. Babbage se dirige a los militares: No nos atrasaremos más, tú, Hombre Puerta, dime en dónde está El Dorado. Si te niegas a contestar, te aviso, mataré a uno de tus amigos, hasta que me lo digas. Tras unos segundos de silencio, Babbage hace un gesto al de la voz aguardientosa, que resulta no ser otro más que Resortes Resortín de la Resortera, con una jeta más sana y humectada que la que tenía en vida. A él le sentó bien la muerte. Resortes apunta con su arma a la cabeza del inconsciente Chacal-o. Babbage mira a Puerta: ¿Y bien? Puerta no responde, mira a Babbage y luego a Resortes y luego a Chacal-o y luego a Babbage y luego a Resortes y luego a Chacal-o y luego a Babbage y luego a Resortes y luego a Chacal-o y luego a Pee Wee.. ugh, y luego a ¡MOCOS! El disparo retumba, la masa encefálica o sea toda la melcocha del cráneo de Chacal-o se desparrama en el piso. Puerta cae de rodillas al ver esto, llora nomás que no se le ven las lágrimas porque está medio raro, pero sí sufre. Resortes observa con sus ojos desorbitados la mollera destrozada de Chacal-o cuyo cuerpo cayó pesadamente en el suelo. Mandril-o despierta para ver la escena y se pone como loco. Resopla y grita y brinca como el pucta chango que es, pero con fuerzas y pega unas patadas, no obstante es sometido y apuntado con riflazos en la choya. Babbage pregunta a Puerta. ¿En dónde está El Dorado?...

Continuará… J