"Es muy difícil en
momentos así, comprender la voluntad de Dios ¿Por que permite que nueve
inocentes mueran en las cumbres de sus vidas por una anciana que no debería
conducir ya? Pero entiendan que el sentido del humor de Dios es diferente al
nuestro. El no ríe con los chistes de Jaimito o Pepito ¡No! Dios necesita una
ironía compleja y farsas que resultan macabras para nosotros. Nos queda solo
esperar que Dios se haya reído mucho y que una tragedia como esta no ocurra
jamás."
Padre Maxi - South Park:
Amanecer gris/ Temporada 7/ Capítulo 10
¿Estamos aquí por accidente? ¿O
somos causa y efecto, casualidad o destino? ¿Seres creados a partir de una
contingencia biológica "evolutiva"? Quizás. Sin embargo, al hablar
únicamente de lo accidental, referimos a un imprevisto con capacidad de
dañarnos mortalmente y debido a ello, nuestra vida puede quedar
irremediablemente marcada. En adelante lo que ocurra (reflexión, creación o
final amargo), dependerá de la fortaleza del espíritu humano. Es ahí donde
reside lo interesante, en las fuerzas internas que se liberan en, o posterior a
una situación inesperada. Contrario a lo que muchos piensan, no se descubren
cosas por accidente, los hallazgos vienen del periodo de convalecencia donde la
mente para no volverse loca de aburrición, comienza a funcionar de manera
distinta (análisis del evento prueba/error). Sobreponerse a la cruda eventualidad
es ya pensar bajo un nuevo enfoque buscando de la mejor forma posible, canalizar
de golpe toda la energía negativa en resoluciones a problemas varios.
Los accidentes han sido la excusa
perfecta para crear superhéroes con superproblemas (el origen y formula
predilecta de la dupla Jack Kirby/Stan Lee), para potenciar la tragedia y
cuestionarnos la existencia de un demiurgo omnipotente (o un Olimpo caprichoso)
o simplemente, al igual que el dirigible Hindenburg, el hundimiento del Titanic
o la explosión del transbordador espacial Challenger (entre muchas otras eventualidades
como también los derrames petroleros), ser consientes de que el absurdo juega
un papel siniestro en nuestras aspiraciones. En este sentido, los duros reveses
encarnan nuestro vuelo de Ícaro, la caída al mar de nuestra humanidad y el
recordatorio de que los delirios de grandeza no son lo mismo que las
ambiciones. Todo es susceptible de irse al carajo tan solo por un error propio
o peor aún, circunstancial o desconocido. Es algo que a nuestra óptica, se
mueve furtivamente como un tirón sobre la alfombra donde caminamos. Cada viaje
de alguna u otra forma, puede ser el último...
Los descarrilamientos de trenes,
los aviones que del radar desaparecen, los autos o transportes cayendo en
picada hacia al fondo de algún desfiladero, entre un sin fin de ejemplos más
(aluds, avalanchas etc.), son las representaciones fehacientes de un mañana
siempre ominosamente en movimiento, ignoto y de la nada... terrible. El
infortunio, suele hacer acto de presencia como en aquel fragmento del tema
"The Wretched" de Nine Inch
Nails: "Las nubes se alejaran y el
cielo se abrirá de golpe/ y Dios mismo lo atravesará con su chingado brazo/
sólo para empujarte hacia abajo/ sólo para hacerte caer". ¿Demasiado
fatalista? Nuestros colaboradores aportan más puntos de vista de tan intrincado
tema:
Roberto Juanz en su espacio Las Líneas Flotantes, disecciona el
periplo de la vida en tanto trágico accidente enfatizando también su naturaleza
teleológica. Diversas acepciones de lo accidental recorren su reflexión e
invitan al lector a identificar en la propia experiencia las situaciones
imprevistas, desde el nacimiento hasta llegar al deceso. Sea esta nuestra primera
estación de pensamiento.
Posteriormente, Paco Payan en La Caja de Abalorios nos transmite su
entusiasmo de los encuentros accidentales con autores de los que nada auguramos
y quizás por ello, la sorpresa siempre termina siendo mayúscula. Relatos
inesperados, historias de soledad atropellada, nuestro buen colaborador los
llevara por la mente de un escritor sue
generis capaz de lograr plenamente en sus cuentos, hacer vivir al lector
las vicisitudes de la vida cotidiana. Acompáñenlo en su repentino
descubrimiento.
El Séptimo Sueño de José Huerta nos abre de par en par las cortinas
que separan el umbral de la calle a la sala de cine para adentrarnos en un film
bastante osado: "Crash" (1996). Conocida también como "Extraños
placeres", nuestro colaborador analiza una de las obras del director David
Cronenberg más afectas a los accidentes
sexuales. Sea para ustedes toda una grata recomendación.
La visión filosófica del problema
de los accidentes se halla en SPQR
de Lorena Rivera, quien ahonda en la condición metafísica del suceso y
desarrolla en base al enfoque de las ideas pre-socráticas y socráticas, una
resolución ante tal accidentada paradoja (entendiendo el significado de esta
ultima como la confrontación entre sentencias opuestas). Encaren con nuestra
colaboradora lo imprevisto.
Pero ¿Que serian los accidentes
sin los cabrones chismosos que husmean hasta por debajo de la falda de la
victima? Hansel Toscano en Goodbye Cruel
World señala como la cultura de la curiosidad mórbida es mediáticamente un
asunto muy redituable y examina también esa predisposición humana a deleitarnos
con los detalles escandalosos de una muerte violenta ¿Demasiado moral? Tampoco
una cuestión que deba dejarse de lado ¡Pásenle a espiar un rato!
Las formaciones de los proyectos
musicales más reconocidos globalmente, son una fuente de anécdotas sobre
posibles integrantes que de alguna u otra forma de haberse presentado otras
circunstancias, el concepto primigenio de una banda hubiera dado a conocerse de
una forma muy distinta. De esa larga lista que nos ofrece la historia del Rock,
Agustín Güiris rescata para Onomatopeya a
un longevo grupo sesentero: Cactus ¿Que lo hace tan especial? Un afortunado
regreso en 2006 del cual nuestro colaborador nos explica todos los pormenores y
como ya es su costumbre y virtud, nos transmite una creación invaluable para
los melómanos más entusiastas. Si la violencia es inherente a cualquier
contingencia, el rock encarna esta particularidad siendo entonces el más
excitante de los accidentes...
Finalmente en La Liga de Perdedores, Pablo Sinuhé hace
una explosiva radiografía en el pasado del planeta Eternia al emparentarlo con
el México más arcaico, tranza y corrupto que haya habido: el de este presente. Sirve
para realizar tan acida crítica, el ariete humano de los Amos del Universo Ram
Man, quien de manera accidentada vino a parar a nuestro planeta para seguir
haciendo lo que mejor dice que sabe hacer: el ridículo (bueno, romper cosas con
la cabeza). Humor oportuno y bien estructurado en el capítulo 6 de esta
hilarante e ingeniosa saga ¿Que están esperando HBO, NETFLIX y FOX para
adaptarla a la TV? ¡Ay si serán pen... !
Sean entonces estas nuestras
visiones sobre un tema en apariencia muy acotado o constreñido, pero sin lugar
a dudas muy sobrecogedor y complejo: cada día puede ser el último o el primero
de una existencia tristemente diferente. Los accidentes suceden, pasan, como en
aquella vieja película donde un hombre se salva de morir aplastado por un piano
en caída libre. Su meditación del evento le activa el deseo de vivir a partir
de ese momento, más intensamente y de una forma más poética. A pesar de ello,
quien esto escribe por accidente olvido anotar el nombre de la cinta... he ahí
un error atroz ¡Bienvenidos a Distopía Sensacional de Cultura! (Léannos aunque
sea solo por accidente).
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