domingo, 10 de febrero de 2013

A MANERA DE PRESENTACIÓN:


Distopía:

    No es una advertencia, quizás sí una sátira. No creemos en finales apocalípticos, ni hacemos referencia a una sociedad ficticia. ¿Transcurre la realidad en términos antiéticos? ¿Existe la distopía?
              
Leer el mundo no es un acto de fuerza, sino de disposición al flujo de la experiencia. Trata de una cierta sensibilidad a las diversas realidades que se entrelazan día a día en el quehacer social, las cuales dan como resultado aquello que aun pensamos y sentimos como cultura. Empero, la industria también es capaz de producir sentido a partir de la mediatización a escala global. La realidad virtual querámoslo o no, existe en tanto que sueño materializado con tecnología onírica. El reino del signo y la representación construye lo real desde el consumo audiovisual. Entre la vida y la simulación, no queda tiempo para el tiempo mismo puesto que los intervalos de la pantalla solo reconocen el presente. Por ende, las cosmovisiones dejan de ser atemporales y son recreadas en la inmediatez de la moda comunicacional. Somos en esta lógica, lo que nuestros productos y bienes culturales dicen que somos.

Desde la subjetividad, nos reconfiguramos a través de vivencias compartidas proporcionadas por el cine, la música, la red y los programas televisivos, entre otros tantos. Es así que las fronteras entre lo verdadero y lo ilusorio quedan difuminadas y el "desierto de lo real", de la cultura de masas es ahora el hábitat de muchos. El espectáculo de la realidad fabricado por la mediosfera, no sólo es expresión del lenguaje del mercado, es el régimen de significación imperante. Lo distópico refiere entonces a la existencia en general transpolandose en sempiterno Reality Show. La cultura-mundo actual es de imágenes y mensajes, mas no de transmisión de saber, parece que hay una negación del entendido más claro, más humano de la concepción cultura: conjunto de concepciones intrínsecas en el conocimiento. El papel distópíco en esto será entonces innegable, es acompañante incómodo para algunos, placentero para unos, negado para otros. Al final es una realidad que se destruye y que se crea al mismo tiempo.

Te invitamos a que no desistas a la deconstrucción, a la innata y bendita "teorización", a la transformación del mundo en sus arrecifes bautizados como cultura, ¿culturalismo? Llámemosle cómo sea, el ismo es al final la consecuencia de nuestra propia acción, es distopía eterna concebida en letras.

1 comentario:

  1. ¡Qué bueno leer esto!Hace ya largo rato que estábamos esperando algo de este calibre. Quizás Distopía sea "lo esperado"; lo "necesitado". Una fuga de la realidad o la realidad misma. Sea lo que fuere: bienvenida.

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