domingo, 10 de febrero de 2013

RUSH - HEMISPHERES (1978)


“We can walk our road together
If our goals are all the same.
We can run alone and free
If we pursue a different aim.”

Son los propios integrantes de la banda; Neil Peart, Geddy Lee y Alex Lifeson los que relatan en “Rush: Beyond The Lighted Stage” (Dunn & McFadyen, 2010), que después de haber creído vencer la siempre existente batalla por un estilo y sello propios, se presionaron a tal modo durante el proceso creativo de lo que sería su sexta entrega de estudio, que decidieron jamás volver a hacerlo.

Y es que lejos de ser uno de los discos más encantadoramente densos en la discografía de la banda (junto a “Caress Of Steel” y “2112”), así como uno de los más gustados por sus fehacientes más cercanos, el trabajo excesivamente detallista y pulcro de las piezas a componer vendrían a ser de un esfuerzo tal, que los miembros de la agrupación contundentemente aprendieron la sutil diferencia entre la calidad de una obra y el exacerbado dominio para con ésta. Una lección que otras agrupaciones, de mayor o menor riqueza que la propia asociación canadiense, jamás han estado cerca de tener.

“Hemispheres”, entonces, resulta ser un parteaguas en la historia de Rush. En el alejamiento a ciertas composiciones (responsables de todo un lado del álbum) para con sus consecuentes entregas. En un giro a la madurez de sus temas recurrentes; sus inquietudes, y a su atmosfera –tan peculiar en esta primera etapa de su historia– que marca un fin a ciertos preceptos estilísticos que naturalmente divagaron en el laberíntico recorrido autocrítico del “¿quienes somos?”, “¿a qué sonamos?”, pero que a su vez fundaron una escuela para las futuras generaciones, de la cual bebieron tanto músicos como los de “Primus” como los de “Dream Theater”.

Contextuada gráficamente en los hemisferios del cerebro humano (bella portada diseñada por Hugh Syme), el álbum nos relata en su primera parte la creación de una civilización bajo ciertas aproximaciones libres de algunos relatos griegos. Dionisio y Apolo entregan a los hombres el arte, la risa, el conocimiento, las lagrimas, la verdad y demás valías desatando así la batalla entre la razón y el corazón. Una batalla que concluye hasta que el  equilibrio se entiende a partir de la ambivalencia misma de la creación.

Para su segunda parte, y en un tono más autobiográfico por parte de Neil Peart (escritor de todas las letras del álbum), la cotidianidad de una meta no alcanzada encuentra su efugio en la propia inocencia como escape de la realidad. Asimismo, en un segundo corte, los Arces y Robles de un bosque imaginario desatan una batalla –incluso sindical– por obtener el mayor sol posible, misma que concluye pésimamente para todas las criaturas que lo habitan… Aunque interpretada erróneamente en distintas ocasiones por sus connotaciones políticas y sociales, la canción originalmente fue inspirada en una caricatura.

Y basada en varias pesadillas de Alex Lifeson, una de las piezas fundamentales del rock instrumental se da paso con su incandescente energía en la conclusión de los propios hemisferios del álbum. Es Incluso el mismo Portnoy (ex-baterista de Dream Theater) él que afirma que todos aquellos músicos que se vanaglorian de poder ejecutar otra de las piezas emblemáticas de la banda, “YYZ”, no deberían de hacerlo sino hasta intentarlo con ésta. Su energía y cambios de estilos –jazz, blues, rock, flamenco e inclusive una inserción del tema “Powerhouse” de “Raymond Scott”– marcan su legado.

Hemispheres, entonces, resultar ser uno de esos discos que no figuran, tal vez, entre los más representativos de una discografía básica. Pero es sin lugar a dudas uno de los que guardados, e incluso hasta  silenciosamente escondidos, guardan ese polvo de añejamiento que sólo la historia es capaz de brindarle a los más gratos ecos del pasado. Es una extraordinaria experiencia musical. Una experiencia de pura energía, puro talento, y sobre todo, puro Rock puro.

Tracklist:

I.- Hemispheres (18:04)

II.- Circumstances (3:40)

III.- The Trees (4:42)

IV.- La Villa Strangiato (9:35)


Sobre el autor: En ocasiones reservado, en otras tantas un poco más (si es que no se aparece una Botella), músico de cuarto (sólo toco en lugares cuadrados), escritor por patología (en el sentido de terapia automedicada), ocurrentemente fotógrafo y realizador audiovisual; para no dejar de lado eso también. Rock and ronero de alma y corazón: me gusta el grunge, el jazz, el progresivo clásico, así como el cine, los periodicos y las revistas gruesas. Odio a los políticos y a los que creen en ellos. Soy pacifista, callado y un poco (o tanto) bohemio. Soy reliquioso (de reliquia) y un tanto modesto - y un tanto no. Ambivalente como cualquier humano, y como bien dijeran los tacubos: (…) "me gusta aventar piedras, me gusta recogerlas, me gusta pintar bardas y después ir a lavarlas. Y en las tocadas la neta es el slam, pero en mi casa sí le meto al tropical."

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