"La lucha del hombre contra el olvido
es la lucha del hombre contra el poder."
Milan Kundera
Olvidarnos
de lo que nos duele, y no olvidar jamás un rostro, una conversación o un aroma.
Olvidar, poder recordar y nunca ser olvidado. Eterno resplandor de una mente
sin recuerdos y Memento... el ayer como fuente inagotable de múltiples
interpretaciones, siempre distinto al revisitarlo pero al mismo tiempo
inmutable. La memoria degenera, los hechos no... y es que nada pasa realmente,
el mundo también olvida y nos olvidamos de el al morir. No aferrarse al pasado,
la vida sigue y para avanzar, el olvido. Volverse amnésico ante todo lo visto
en esta terra tenebrosa, puesto que
también existe el sobresaturamiento. ¿Qué es el olvido?
La
memoria de la humanidad ha mudado del discurso oral al códice, de este último
al libro impreso, y hoy en día el traslado de este soporte se dirige paulatinamente
a la red de redes. Hemos buscado desde tiempos inmemoriales transmitir todo lo
que sabemos. Somos los únicos seres (hasta donde intuimos) que no reiniciamos
nuestra formación e instrucción desde cero. Ahí donde alcanzaron su cenit
nuestros predecesores, comenzamos nosotros el relevo dando continuidad a la
herencia universal. Somos el mismo hombre de hace milenios pero con más
experiencia, y seguimos resolviendo problemas en base a ella. Empero, la
historia no es lineal, está hecha de periodos de estancamiento y retroceso. El
desarrollo ha sido asimétrico y lo seguirá siendo hasta que nuestros hallazgos
y conocimientos puedan ser debidamente retransmitidos... y sobretodo, aplicados
al prisma de la realidad.
La torre
de babel del ciberespacio, es el nuevo depósito global de todo aquello que
hemos sido. La biblioteca virtual de diversas eras y épocas al alcance de un
solo click. El formato moribundo del tomo o volumen de la grafosfera, se muda a
los nuevos dispositivos de almacenamiento en la videosfera. Y sin embargo, a
pesar de lo manejable y transportable de un gran acervo cultural en un
artefacto compacto (y con las adecuaciones necesarias a la vista para poder asimilarlo)
la crisis de la transmisión sigue siendo evidente. Tal pareciera que una sola
elite de personas capacitadas en la técnica, arrastran con sus innovaciones al
resto y debido a ello, estimamos que el progreso sigue su marcha (cualquier
cosa que eso signifique). Pero ¿Qué hay del ciudadano común que se beneficia
año con año de los logros y alcances de la modernidad? En muchos casos, es un
usuario mas, no es un protagonista del cambio.
Instalado en un presente
perpetuo, el individuo narcisista no mira hacia atrás y no se pregunta por el
camino recorrido, pues al igual que un adolecente, considera agotador ese
esfuerzo. El aprendizaje se canjea por un nuevo espíritu de los tiempos:
consumo y hedonismo (la obsesión por lo nuevo o la novedad). Las instituciones
sociales de transmisión (Estado, iglesia, escuela, familia) pierden terreno
ante la avanzada mediática. De este último punto hay que aclarar por supuesto,
la falacia de que la televisión vino a joderlo todo. Cierto es, que el
entretenimiento de masas ahora ocupa un lugar preponderante como verdadero
hacedor de cosmovisiones socio-culturales, pero la causa de esta preferencia se
encuentra en el deterioro de la pedagogía académica y a su vez, en las
fluctuaciones económicas que afectan el orbe (el entretenimiento mainstream se
vuelve entonces un refugio y una forma de vida).
La figura del profesor o maestro,
uno de los catalizadores del patrimonio a las generaciones venideras, se
desvaloriza y su labor mengua. La lucha contra el desinterés hace aguas por
todos lados y por ende, la conciencia histórica se debilita (un hecho
paradójico, pues el homo nostalgicus está en boga). Los capítulos negros de
nuestro acontecer, llámese genocidios, guerras, dictaduras, racismo,
violaciones en masa a los derechos humanos, funcionan solo como anécdota en el
mundo actual. Sin guías o faros verdaderos que expliquen las tensiones
existentes a una escala humanista y crítica, el resultado más inmediato es la
desmemoria o el recuerdo descontextualizado (un suceso más para transmitir...
pero en televisión y con finalidades poco didácticas). ¿Qué es la información
de lo que somos en todas nuestras etapas adentro de un disco duro en las manos
de una persona normal sin la instrucción adecuada? Datos a olvidar. Pero bajo
el filtro educativo son la comprensión de nuestra vida (una guía para recordar
lo importante y acrecentarlo).
Finalmente hay que señalar que el
olvido mismo es una cuestión contradictoria, la cual exige un estudio a
profundidad de su naturaleza. Las víctimas directas del holocausto judío
callaron por muchos años su historia. Fueron los hijos de estos los que muchas
veces iniciaron las gestiones para suprimir el olvido de sus padres. Al
parecer, la ignominia era el factor principal que no permitía sacar a la luz
los hechos, y a pesar de ello, entra a escena una pregunta ¿Expresar
públicamente la humillación cura los traumas? Quizás ¿No hubiera sido mejor
simplemente guardar silencio y dejarlos olvidar? El olvido como proceso, tiene
muchos recovecos inexplorados y en ocasiones también es necesaria su acción
purgadora ¿Que fue todo lo posterior al 9/11? ¿Un memorial o un chantaje más
del olvido? La memoria es selectiva y la de la humanidad muy injusta ¿No hubo
en el siglo XX peores matanzas que no son recordadas o que desafortunadamente
no permearon en la memoria colectiva? El poder a conveniencia mantiene el dolor
a flote para explotarlo, otras veces, simplemente nosotros mismos cambiamos de
página: hay que aprender a olvidar, pues del olvido también se aprende.
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