jueves, 18 de julio de 2013

HEMATOFAGIA A LA AMERICANA: LOS VAMPIROS DE SCOTT SNYDER Y STEPHEN KING


“El tiempo es la única constante. Para los vivos nunca se detiene. Para los muertos, no importa
                - ¿Y para los no-muertos?... ¡Para los no-muertos, el tiempo es una broma de la cual reírse!”
Stephen King, “American Vampire” No. 1, 2010

“¿Quién quiere vivir para siempre?”
Brian May, 1986

   Cuando hablamos de inmortalidad, ya sea en una fiesta de moño y corbata (en alguna graduación, boda o fin de año) o en una reunión informal, en la barra de algún bar rodeados de amigos; o en una charla de alcoba con la chica de la noche anterior, siempre saldrá el tema de los vampiros: los inmortales por excelencia.

 Y es que siempre nos preguntamos, con morboso afán, ‘qué se sentirá ser un vampiro?...vivir para siempre?’. Y así, se vuelve una especie de obsesión romántica por un tema que es reverenciado (y tabú al mismo tiempo) en tantas culturas: Un privilegio otorgado a los diversos panteones divinos desde el principio de la civilización. La promesa pos-mortem para todos los fieles creyentes en tal o cual paraíso, regido por su específica deidad cultural. El primer culpable de este interés romántico pos-moderno, fue un novelista irlandés de apellido Stoker que sedujo al calenturiento mundo del siglo XIX con una interesante joyita literaria llamada “Drácula”…

Abraham “Bram” Stoker nos transportó, por primera vez, al universo sombrío y aterrorizante regido por un monstruo antiquísimo, que de sólo pronunciar el nombre causaría el máximo estupor en todos y cada uno de los habitantes de dicho mundo. Una mezcla entre el terror gótico y una especie de ‘sex appeal’ que convirtió, de ahí en adelante, al vampirismo en tema de conversación universal.

Una verdadera avalancha de autores, de distintas partes del mundo, explotando el tema; nos han traído variadas versiones de este mito clásico…algunas muy buenas, otras totalmente olvidables de tan blasfemas que son respecto a las bases de la ficción original. Aquí es donde nos topamos con cierto escritor norteamericano llamado Scott Snyder…

En Marzo del 2010, el afamado escritor publica un ambicioso proyecto que prometía volverse un nuevo clásico de la literatura norteamericana…desde la trinchera del comic.


“Vampiro Americano” no solo es una serie que se ha vuelto ya de culto entre los lectores, marca también la primera incursión en comic de un escritor representativo del género del terror en el país de las barras y las estrellas: Stephen King.

La serie nos cuenta las historias entrelazadas de dos personajes disímiles: Skinner Sweet, un joven forajido del salvaje oeste de finales de 1800 (quien me recuerda al Lestat de Anne Rice, pero mejorado) y Pearl Jones, una joven aspirante a actriz de Los Angeles de 1925. La historia nos ubica, con tintes Darwinianos, en el origen de una nueva especie vampírica, nacida en el nuevo mundo: el vampiro americano (Homo Abominum Americana); más fuerte, resistente y sanguinario que las especies europeas. Sweet es el primer espécimen de esta nueva línea de sangre, estando solo por 45 años, hasta que conoce a una moribunda Pearl; sobreviviente de un brutal ataque vampírico y la rescata de la muerte, convirtiéndola al ponerla en contacto con su sangre. Es así como estos dos personajes se enlazan y siguen variopintas aventuras a través del tiempo, encontrándose y desencontrándose en distintas épocas y marcos históricos.

Snyder ofrece una narrativa dinámica y atrapante, cargada de personajes que hacen sentirnos en un refrescado estilo vampírico; mezclando lo más clásico del género con lo mejor de América: salvaje, sangrienta y llena de un humor negro tan característico. El maestro S. King trabaja a las mil maravillas hombro a hombro con Snyder, desarrollando de manera magistral a un personaje tan complejo como Skinner Sweet y logrando que lo imaginemos en cualquier momento debajo de nuestra cama, en medio de la noche más oscura.

El arte, a cargo del brasileño Rafael Albuquerque, no se queda atrás: atmósferas perfectas, efectos atinados y expresiones faciales inolvidables que nos transportan desde Sidewinder, Colorado de 1880 hasta Glendale, California en 1954; pasando por Rumania y alguna isla en el océano pacífico en 1943, o Londres y Paris en 1954…el equipo creativo logra hacernos desear ser realmente inmortales y acompañar a estos entrañables personajes en su paso por el mundo y el tiempo.

Por mi parte me despido, para seguir mi viaje tras estos nuevos vampiros americanos y el mundo amenazante que los acecha…o era al revés? No lo sé de cierto, pero lo que si sé es que no deseo irme sin invitarlos a sacudirse un poco aquél romanticismo de las capas, holanes y cuellos mordidos en los callejones sombríos de algún poblado de los Cárpatos…y refresquen sus miedos con este vampirismo a la americana: glamour, montones de balas, Jazz, veloces chevys del ’50, Las Vegas y botas vaqueras…
Aaaahhhh, el encanto de lo simple…

Gabo Sosa, vampiro comiquero ávido de historias inolvidables.

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