“Carne de presidio” es el término
usualmente empleado en el argot carcelario de buena parte de Hispanoamérica
para los individuos que literalmente nacieron para permanecer bajo el encierro
y tutela del Estado por sus conductas criminales. Existiendo así sujetos que
prácticamente ven pasar los años de su
existencia tras las rejas, ya sea por estar sentenciados a largas condenas o
por reincidir una y otra vez en actividades delincuenciales que los llevan a
entrar y salir por temporadas de prisión. Charles Manson es “carne de presidio” por donde se le mire.
A los treinta y dos años de edad ya había visto transcurrir diecisiete de su
vida encerrado por numerosas estafas, trata de blancas y robo de autos, siendo
a la edad de diez cuando se dio su primer arresto por robo de alimentos.
Cuando en 1967 fue liberado de
una larga condena de diez años, el joven treintañero se encontró de frente con el floreciente
ambiente “hippie” lleno de placeres efímeros, hedonismo y mística; ahí halló el
caldo de cultivo ideal para crear su propia comuna de hippies, siendo el líder
absoluto que mandaba hasta en el más mínimo detalle de la vida de su “Familia”, la famosa familia Manson. Que
después llena de odio irracional, enajenación y manipulación de un poderoso
jefe moral, considerado por todos ellos como un mesías, un ser mítico y
místico, una especie de Rasputín
americano emanado de los “chicos
de las flores”; que lo mismo tenía una
doctrina basada en la biblia que en las canciones de los Beatles
particularmente el famoso Álbum Blanco. Hay que recordar que fue un músico
frustrado, que un día lleno de quien
sabe qué idea se le ocurrió enviar a sus
adoctrinados a vengar el engaño y rechazo de un productor musical, hijo de
Doris Day que rentaba la casa al matrimonio formado por Sharon Tate y Roman Polanski. Teniendo como resultado la cruel masacre de la actriz embarazada (fue
apuñalada repetidas veces por un trinche, colgada y perforada con una flecha de
ballesta) y sus invitados por tres chicas y el lugarteniente de Charles, “Tex”
Watson. Después vendrían los crímenes de los Labianca y las detenciones, las
luces de los flashes, la sangre en las paredes con la leyenda “Pigs” y la fama
para la posteridad. Con una inicial
sentencia a muerte que fue recovada por el Gobierno Federal Manson y compañía
fueron finalmente condenados a cadena perpetua.
Desde 1970 Charles Manson, nacido en 1934, hijo de una
prostituta adolescente, el lado oscuro y siniestro del “amor y paz” vigente, ha
estado encerrado. Han pasado nueve copas del mundo y diez Olimpiadas. La guerra fría volvió, se
fue y regresó. Los avances tecnológicos
son inimaginables, y este 2014 en su año número 44 ininterrumpido encerrado y
con un par de discos a cuesta Manson será finalmente liberado por cuestiones de
edad. Sí el chiste era no perder la esperanza de volver a estar afuera ¿Podrá soportar el humor de su libertad?
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